Lilo

Lilo es – con creces – nuestra gata más salvaje. Y cien por cien jericana. Caída del cielo… como mínimo desde un tejado.

Cuando antes de estrenar Sharíqua aún vivíamos de alquiler en el casco antiguo de Jérica, una tarde nos la encontramos en el patio: pequeñísima, más bien «ratita» y con un susto en el cuerpo que hasta hoy parece seguirle. Va a la suya, no se deja coger, no se acerca a casi nadie. Eso sí, es sin duda, la reina de la finca.