La relación del ser humano con ese animal es realmente ambigua. Aunque durante miles de años sirvió como medio de transporte hasta por caminos horrorosos, dada su conocida terquedad injustamente se le ha tildado como tonto y su nombre sirve como insulto hacia el prójimo considerado algo idiota. Y no es la única burla que el burro ha tenido que soportar a lo largo de su existencia: Cuando ya no hacía falta como animal de carga en su sentido tradicional, en muchas regiones turísticas tuvo que convertirse en algo mucho peor: Como burro-taxi, burro-safari… hizo las delicias no sólo de niños sino también de veraneantes más burros que él.
La faena que le espera el 21 de julio en Jérica es infinitamente más fácil: cagar y mear. Eso sí, en una parcela explícitamente acondicionada para el evento y dividida en varias parcelas pequeñas que se pueden «adquirir» por el módico precio de 5 euros. Los ganadores del concurso «La cagá de la burra» – organizado por la comisión de fiestas 2012 – se llevarán un gran premio: El de la parcela de la «meadica» un jamón, el de la «cagá» 1.000 euros.
Eso sí. Puede que haya que armarse de paciencia: Aunque «Equus asinus asinus» suele pasar hasta 16 horas del día comiendo, que evidentemente aumentará las ganas de evacuar, también le gustan largos ratos del «dolce far niente» y sobre todo no se le puede comparar con un vacuno que se alivia igual por donde anda… No, al burro le gusta marcar, elegir bien donde se eterniza. Y, recordad, lo que no le gusta en absoluto es que le griten. Se petrifica. Y eso puede durar horas.
El evento empezará a las 20 horas.